Joan Keyer Sabaté, nacido en
Barcelona en 1919, había estado afiliado a la CNT antes de 1936 y durante la guerra
perteneció a la 11ª división de Líster, participando en la batalla del Ebro en
la que resultó herido. Exiliado en Francia, pasó por los campos de
concentración de Argelers, Agde y Saint Cyprien. Fue capturado por los nazis
cuando formaba parte de una compañía de trabajadores españoles, siendo
deportado a Mathaussen primero y a Salambrech después. Con el final de la segunda
guerra mundial regresó a Francia donde consiguió trabajo y se casó con Antonia
Roca Llorca, militante también del PSUC, residiendo en Saint Girons. Cuando estaba preparando su regreso a
Barcelona de forma legal, recibió la visita del dirigente del PSUC Emilià
Fábregas que
le pidió que trabajara clandestinamente para el partido en la ciudad condal, a
lo que Keyer accedió. Regresó en abril del año 1954, entrando a trabajar en la
empresa Domingo Contí S.A. pero durante un año y medio no tuvo ningún contacto
con nadie del partido y sólo recibía correspondencia de Fàbregas desde Francia.
En enero de 1956, consiguió contactar con el partido, que le encomendó la
responsabilidad de organizar el sector textil y se convirtió en el tercer
hombre de la dirección del comité local junto a Miguel Núñez y Senserrich. (Según propia declaración de Joan Keyer Sabaté, a preguntas de su abogado Josep Benet Morell, en el Tribunal Militar Tercero, Sumarísimo 33678, Cáusa 144-IV-1958).
Así pues, el PSUC llegó al año 1956
con una organización muy recuperada y en expansión, aunque las estructuras de
las células de las empresas eran muy débiles y la capacidad de organización de
protestas laborales precaria. Aún
así, en abril de 1956, varias empresas del metal y del textil catalán fueron a
la huelga siguiendo el ejemplo de los mineros asturianos, lo que tuvo como
consecuencia las detenciones de los incipientes líderes obreros entre los
cuales estaban los que formaban las células de ENASA y de La Maquinista
Terrestre y Marítima lo que a su vez provocó la huida a Francia de Senserrich,
que mantenía las relaciones orgánicas con las células de estas dos empresas.
Para sustituirlo, Núñez incorporó a la dirección local a Martínez Arcos a quien
responsabilizó de la propaganda y del contacto con la organización local de
Terrassa. Fue
a partir de este momento que el PSUC consiguió la máxima expansión en la ciudad
de Barcelona. Por una parte, se produjo un incremento de los militantes de las
células de empresa: a la célula de la España Industrial se incorporaron Andrés
Vera Guerra –como responsable a partir del verano de 1956- y Serafín García
Guía, contando además con el anteriormente citado Antonio Fernández González.
En la empresa Vila S.A., José Bravo era el responsable de la célula y contaba
–además de los ya citados Lloret y Bonet- con Francisco Pastor Francés,
Francisco Costa Ribas –responsable de propaganda-, Josep Saura Capell y
Francisco Balaguer Blanxart, éste último director de la empresa que tenía
contacto directo con Miguel Núñez quien les pasaba para repartir ejemplares de TREBALL y MUNDO OBRERO que venían de Francia. Tenían además una multicopista
con la que editaban propaganda, opúsculos, octavillas, etc. La célula de Can
Batlló creada por Felipe Cruz se había ampliado con Mariano Vives Esteve –que
era su responsable-, Lucas Morales García, Ángel Sancho Espallargas, Carlos
Pérez Pons, Telesforo Zabala Hortas y Atilano García Martín que era Vocal de
Jurado de su empresa.
Keyer consiguió formar un comité del
textil con Atilano García, José Bravo y Andrés Vera. Keyer y García se ocupaban
de la organización y Bravo y Vera de la propaganda. Tenían como punto de
reunión el piso de Keyer y el de otros colaboradores como Andera Pereiro, Pura
de la Aldea, Margarita y Raquel Bonet o Enriqueta Montoro. Keyer además era el
enlace entre el comité de dirección del textil y la dirección política del
partido.
En el sector del metal, las
detenciones a raíz de las huelgas de abril de 1956 frenaron el progreso de la
organización. En ENASA, el relevo lo cogió Albert Badia Mur quien únicamente
sufrió una detención administrativa de cuarenta días ya que fue considerado un
simple huelguista sin ninguna militancia política demostrable,
juntamente con Pedro Lara Moreno, Vicenç Faus Abad, Daniel Arnau Torres, Pompeu
Galindo Nieves y de nuevo Antonio Mullor después que fue liberado en noviembre
de 1956. Por
su parte, Martínez Arcos responsabilizó a Ángel Lopezosa de las relaciones con
la célula de La Maquinista Terrestre y Marítima cuyo responsable era desde el
mes de abril de 1956 Julián José Piñero –incorporado por Badia después de
haberlo conocido en la cárcel- y estaba formada por José Botía Rodríguez, Angel
Dolera Ibáñez y Francisco Vallejo Otón.
No sólo se organizaron células de
empresa, si no que la labor de captación fue eficiente y en cada una de las
empresas en las que había organizada una célula existía también un numero
indeterminado de afiliados que cotizaban al partido y recibían la prensa
clandestina.
Además durante el verano de 1956, el
partido amplió su organización a los estudiantes universitarios formándose una
célula del PSUC en la universidad de Barcelona con personas como Octavi
Pellissa, Luís Goytisolo o Jordi Solé Tura y otra entre los sectores
intelectuales con el abogado Francesc Vicens, el ingeniero óptico Cristóbal
Garrigosa o los escritores Víctor Mora y Juan José Mira. Además, existía otro
grupo de gente que ofrecía su apoyo al partido imprimiendo la propaganda,
repartiéndola, haciendo de enlace entre los diferentes grupos organizados y la
dirección o poniendo a disposición del partido sus viviendas para celebrar
reuniones clandestinas.
A causa de una enfermedad, la
dirección del partido en el exilio, decidió que Miguel Núñez abandonara
Barcelona y fuera sustituido por Emilià Fàbregas que
llegó a la ciudad en noviembre de 1956. Núñez le puso en contacto con el resto
de la dirección política del partido –Joan Keyer y Manuel Martínez Arcos- y con
toda la organización de la ciudad, estableciendo relaciones directas con los
miembros del comité del textil –Andrés Vera, Atilano García y José Bravo-, con
Frederic Olivé .responsable de las empresas del metal y a quien Fàbregas
incorporó a la dirección política- y con Francesc Vicens, Víctor Mora,
Cristóbal Garrigosa y Francisco Balaguer.
El mes de Enero del año 1957, la
dirección del PSUC en Barcelona hizo repartir por toda la ciudad octavillas
llamando a la participación ciudadana en el nuevo boicot a los tranvías que se
había organizado para protestar contra la subida de las tarifas decretada por
el gobierno. El 14 de Enero se produjo el boicot y seis días después, Fàbregas
fue detenido cuando acudía una cita con Francesc Vicens, responsable del grupo
de intelectuales. Durante el periodo que estuvo actuando clandestinamente,
Fàbregas no guardó las medidas de seguridad pertinentes y durante el registro
de su domicilio la policía encontró un plano de la ciudad con las direcciones
de donde estaba la organización constituida y varios documentos con nombres y
citas. En
total la policía detuvo a más de cincuenta personas entre ellas Keyer y el
comité del textil –excepto Atilano García-, los miembros de las células
relacionadas con este comité, todo el aparato de apoyo, miembros de los grupos
de intelectuales y estudiantes y llegaron hasta Terrassa, donde detuvieron a
todos los miembros del comité local.
La policía desarticuló así a parte
de la dirección política y a toda la organización del PSUC en el textil, además
de descubrir la presencia en la ciudad de Frederic Olivé, Manuel Martínez Arcos
y Miguel Núñez a quienes no pudo detener. Núñez estaba en Francia y Martínez
Arcos escapó a ese país huyendo de las detenciones, dejando como responsable de
la organización a Frederic Olivé que junto con Albert Badia y Antonio Arenas,
mantuvieron la estructura organizativa clandestina del PSUC en la ciudad a
partir de las células de empresa que se habían creado en el sector del metal y
que no habían sido descubiertas por la policía porque funcionaban
independientemente de los grupos del textil. Así, Badia pasó a formar parte de
la dirección política del PSUC, haciendo de enlace entre Olivé y las células de
empresa del sector del metal y siendo sustituido por Antonio Mullor como
responsable de la célula de ENASA. El mes de agosto de 1957, Martínez Arcos
regresó de Francia, incorporándose de nuevo a la dirección política como
responsable de propaganda. La
reorganización del partido se basó en los dirigentes del núcleo de las empresas
del metal –ENASA y La Maquinista Terrestre y Marítima-, con la intención de
ampliar la organización en este sector, pero también ejerciendo de verdadero
comité director conectando con las células de empresa del textil y otros
sectores.
El verano de 1957 además de las células
existentes en ENASA, Maquinista Terrestre y Marítima y en el puerto, en el
sector del metal el PSUC tenía organización en SEAT de la cual era responsable
Miguel Fernández Fernández e integrada por Juan Carmona Baeza, Ramón Lozano
López y Manuel Cobos Quirós, siendo el enlace con la dirección Rafael Lora
Lora; y en la empresa Lámparas Z con una célula dirigida por José Marcuello
Lobato y formada por Ivo Gales Gómez y José Marín Rodríguez. El enlace con la
dirección lo tenía Josep Sugrañes Boix que trabajaba en Talleres Orma. En
octubre de 1957 Jaume Puig Garcés pasó a realizar las funciones de enlace entre
Sugrañes y la dirección clandestina.
De los otros ramos se establecieron
relaciones orgánicas con la empresa Seda de Barcelona, cuya célula estaba dirigida
por Emilio Jiménez Benavides y formada por Ángel Domènech López, Francisco
Murillo Cabrera y Antonio Arenas Ramos; con la empresa Catalana de Gas y
Electricidad con una célula formada por, José Quintero Cuadrado, Desiderio
Corvillo Alfaro y José Aguado Galera y dirigida por Gracián Espinosa Salvador y
con la empresa Papelera Española en la que había dos militantes llamados
Fernando Cerdán Gaitán y Francisco Andreu Tudela. En
el ramo de la construcción y sin formar célula estaban Ángel Rozas Serrano –de
la empresa Serra y Capel Hermanos-, José Carretero Gómez –de Subcontratas
Tolosa-, Valentín Chueca Corzán –de ISASA-, Esteba Reina Padrós –de Cocciones
Arcilla- y Bautista Adriá Pellissa –de la cooperativa de albañiles-.
Otros activitas del partido eran José Teixidó Vila –de la empresa Plásmica de
Cornella de Llobregat-, Agustín Pedrola Font –recadero de la agencia Costa
Brava- y Santiago Abad Casado –carpintero de la empresa Compte-. Mariano Varón
Casas tenía en su casa la multicopista con la que se editaba la propaganda del
partido, según consta en la declaración en el Tribunal Militar Tercero, Sumarísimo 33678, Cáusa 144-IV-1958.
A inicios del año 1958, Albert Badia
fue detenido por haber facilitado la dirección de un domicilio en la Unión
Soviética a Tomás Antón quien asistió a una festival de la juventud organizado
en ese país, lo que provocó que él y Olivé fueran apartados momentáneamente del
partido y que Antonio Mullor asumiera las funciones de responsable del comité
del metal que se estaba formando con Jaime Puig, Ángel Lopezosa y Pedro
González Pérez, un trabajador de ENASA que Mullor había incorporado a la célula
de empresa y que en las elecciones sindicales de octubre de 1957 había sido
escogido enlace.
Miguel Núñez regresó a Barcelona el
mes de febrero de 1958, esta vez como responsable del partido en toda Cataluña
y reincorporó a Olivé que junto con él y Martínez Arcos formaron la nueva
dirección política del PSUC en el interior. Según sus declaraciones durante el
sumarísimo, aprovechando que los mineros asturianos se habían declarado en
huelga, redactó unas octavillas en las que se convocaba a los trabajadores
catalanes a una huelga de veinticuatro horas el día veinticinco de marzo y se
las dio a los responsables del comité de Barcelona para que las imprimieran y
las repartieran.
El día señalado, la huelga se inició en la empresa Hispano Olivetti por la
acción de un simpatizante del partido con el que habían contactado pocos días
antes y luego se extendió al resto de fábricas gracias a los militantes y
simpatizantes del partido que habían sido elegidos enlaces sindicales los
cuales, no sin dificultades, recorrieron los puestos de trabajo de su empresa
haciendo parar las máquinas a sus compañeros. El
día 26 de marzo la policía detuvo a Pedro Lara, Albert Badia y a Vicenç Faus
–de ENASA- por participar en la huelga. El día 29, la policía consiguió detener
a Olivé cuando iba a entrevistarse con Miguel Núñez. Olivé no resistió los
interrogatorios policiales y dio información a la policía sobre toda la
organización del PSUC en Cataluña y en Francia. Además le encontraron una
agenda con nombre y direcciones y ejemplares de TREBALL y MUNDO OBRERO en
el taller donde trabajaba. El día 30 fueron detenidos Miguel Núñez, Antonio
Mullor, Jaime Puig y Pedro González; el 31 Manuel Martínez Arcos y el 1 de
abril Ángel Lopezosa. La
policía detuvo a sesenta y cuatro personas, desarticulando nuevamente la
organización del PSUC en la ciudad de Barcelona, de la cual sólo quedó el núcleo
de universitarios, el grupo de intelectuales y algunos militantes dispersos en
las comarcas.
Antoni Lardín Oliver.
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